¿Tienes una cena especial con amigos y quieres que todo fluya con sabor, sencillez y autenticidad? Te proponemos cinco maridajes que evocan la esencia del Mediterráneo: el sol, la brisa marina y la calidez de una buena conversación. Combinaciones que no fallan y que convertirán tu mesa en una experiencia para recordar.
El carácter salino y cítrico de los mejillones encuentra su pareja ideal en un vino blanco seco, tipo Verdejo o Sauvignon Blanc. Un maridaje fresco y equilibrado que abre el apetito y despierta los sentidos.
La cremosidad de la burrata y la acidez del tomate se realzan con la suavidad afrutada de un buen rosado. Ideal para mantener el ambiente ligero, veraniego y lleno de vida.
Este maridaje rinde homenaje a nuestras raíces. El dulzor del pimiento asado y el umami del atún combinan de maravilla con un tinto joven, fresco y con buena acidez. Un clásico que nunca decepciona.
Un crianza bien estructurado (como un Tempranillo o un Monastrell de la zona) potencia los sabores intensos del cordero y las hierbas como el romero, tomillo o laurel. Maridaje pensado para impresionar.
5. Moscatel o vino dulce natural + Tarta de almendra o fruta de temporada
Un broche dulce para cerrar con elegancia.
Los vinos dulces mediterráneos aportan notas florales y melosas que armonizan de forma deliciosa con postres de almendra, melocotones, higos o manzana. Pura dulzura para despedir la velada con una sonrisa.
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