Cueva Llana Syrah procede de viñas situadas a 850 m de altitud, lo que conlleva un gran contraste térmico entre el día y la noche, lo que beneficia al proceso de maduración.
Las plantas pueden reponerse del esfuerzo del día con el frescor de la noche y completar totalmente la maduración manteniendo la frescura, muy importante para la intensidad frutal y la vida del vino.
Tras una premaceración en frío, fermenta en pequeños depósitos de hormigón con cortos y pequeños remontados. De esta manera se obtiene un vino sabroso y refrescante que deja huella en el que lo prueba.